Hombre de cuello entiesao y mujer de tacos muy altos con caras almidonadas que a los banquetes asisten con sus risas disfrazadas comiendo el pan que le sembra el campesino marginao aquí tnés mi cansancio envuelto en promesas desviadas con una ruana ensuciada pa' entregarle el alimento, vengo a implorarle piedad su mercecita querida, vengo a decirle mi amo que la tierra too lo puede. Pero el hombre es siempre débil mis pies no resisten mucho mis manos están pasmadas y su mercecita querida sólo riíe y se desvía creyendo que soy esclavo creyendo que la yuquita le cae a usté cocinada. Su risa se vuelve llanto cuando voltiando la esquina encuentre quel campesino ha abandonao la tierra quel licor y el sexo duelen cuando el esclavo se acaba. Sus hijos verán pasmados que la esmeralda no llena tampco el oro y brillantes ni la abundancia en moneda. Sólo puede dar la vida la madre naturaleza; así mi querido amo que no olvide la promesa porque el mundo da la vuelta y en el voltiar de la esquina puede quedar sus fortuna como bola en la ruleta. REGINA LISKA Cuando el hombre da gritos de júbilo por las obras benas o da gracias a Dios por sus bondades, está agrandando su tesoro y multiplicando sus bienes. En cambio cuandoi grita por rabia o cobardía contra otra persona, está perdiendo parte de su fuerza o tesoro infinito de sabiduría. |